El peligro de no contrastar información en los peritajes psicológicos.

Mar 4, 2025 | Sin categoría

¿Qué tan confiable es un informe pericial basado solo en lo que dice el evaluado y en pruebas de autoinforme?

En contextos judiciales, el riesgo de simulación, disimulación, engaño y entrega parcial de información por parte de las personas que evaluamos es alto. Por eso, depender únicamente de métodos de autoinforme puede comprometer la objetividad y precisión de una evaluación forense.

En el ámbito forense, las fuentes colaterales no son solo un complemento, sino un pilar esencial para contrastar hipótesis forenses. A través de entrevistas con terceros, revisión de antecedentes judiciales y análisis de registros, el perito puede validar o descartar hipótesis, evitando errores en las conclusiones del informe.

En este artículo, profundizaremos un poco más sobre una fuente colateral muy relevante: las entrevistas a terceras personas.

En la evaluación psicológica, es fundamental adaptar la metodología al contexto de evaluación. La distinción entre el contexto clínico y el contexto forense resulta central para discriminar adecuadamente cuándo nos encontramos ante una evaluación pericial y cuándo no (aún cuando el informe sea presentado como un “peritaje”).

Mientras en el ámbito clínico la evaluación busca comprender y tratar las problemáticas del paciente con base en la confianza y la colaboración, en el contexto forense la evaluación tiene como propósito proporcionar información que pueda aportar al tribunal en la toma de decisiones judiciales.

A diferencia del ámbito clínico -donde se asume que el evaluado tiene la motivación de entregar información sobre sí mismo de forma honesta con la intención de recibir ayuda- en el contexto forense las personas pueden entregar información falsa, distorsionada o incompleta debido a motivaciones que usualmente no se presentan en contextos clínicos.

En este escenario, es común encontrarnos con algunos fenómenos que pueden representar un desafío importante para el perito forense.

  • Simulación: producción intencionada de síntomas motivada por incentivos externos como (Ej. fingir estar psicótico para evitar ser declarado imputable por un delito).
  • Disimulación: ocultamiento o minimización deliberada de patologías o síntomas existentes, por ganancias externas (Ej. ocultar patología y aparentar un funcionamiento adaptativo para obtener el cuidado personal de los hijos).
  • Una variedad de ganancias secundarias que motivan a las personas a entregar información falsa, distorsionada y poco fiable respecto de sí mismos.

Ante estos desafíos, la metodología forense no puede depender exclusivamente del autoinforme, es decir, la información proporcionada directamente por el evaluado sobre su estado mental y comportamiento. Aunque este método es valioso en el ámbito clínico, su fiabilidad en un contexto judicial es limitada, por lo que es imprescindible contrastar los métodos de autoinforme (entrevista, pruebas psicológicas) con fuentes colaterales de información.

¿Por qué son esenciales las fuentes colaterales de información?

  • Permiten contrastar los datos proporcionados por el evaluado, disminuyendo el riesgo de información sesgada o manipulada intencionalmente.
  • Aportan datos sobre el entorno social, familiar y laboral del evaluado, proporcionando un marco más completo para interpretar su conducta.
  • Al integrar y triangular información de diversas fuentes, el perito cuenta con un método sólido de contrastación de hipótesis (que no es lo mismo que escribir en un informe todas las hipótesis y luego descartarlas o confirmarlas casi por un acto de “magia”).

Las entrevistas colaterales en un peritaje psicológico

Dentro de las fuentes colaterales, una de las más utilizadas es la entrevista con terceras personas.

No todas las personas cercanas al evaluado son adecuadas para proporcionar información en un contexto forense. Por esto, la selección de fuentes colaterales debe considerar los siguientes criterios:

  • Acceso a información relevante: Se deben elegir personas que hayan observado el comportamiento del evaluado en situaciones clave. Profesores, médicos, empleadores y compañeros de trabajo suelen ser fuentes valiosas.
  • Grado de proximidad emocional: Las fuentes colaterales pueden ubicarse en distintos niveles de cercanía con el evaluado. Las más cercanas (familiares, amigos íntimos) pueden tener un conocimiento detallado, pero su testimonio puede estar sesgado por vínculos afectivos. Las más distantes (docentes, terapeutas, colegas, etc.) suelen aportar información más neutral, aunque limitada a interacciones específicas.
  • Imparcialidad: Es fundamental evitar fuentes con conflictos de interés que puedan distorsionar su testimonio en favor o en contra del evaluado.
  • Disposición para colaborar: No todas las personas están dispuestas a brindar información relevante; algunas pueden sentirse presionadas o temer represalias. Es crucial obtener su consentimiento y asegurar que comprendan el propósito de la entrevista.
  • Valor discriminativo: Según Austin (2002), la utilidad de una fuente colateral depende de su grado de credibilidad (neutralidad en la relación con el evaluado) y su valor informativo (acceso a información clave). Un testimonio de alta credibilidad y valor informativo puede llegar a ser central en la contrastación de hipótesis forenses.

Un peritaje psicológico sin contrastación de información es un peritaje incompleto.

La evaluación forense exige rigor metodológico, y las fuentes colaterales permiten reducir sesgos, contrastar hipótesis y ofrecer informes sólidos y defendibles en juicio.

Cuando quieras reconocer si estás ante un buen informe pericial, pregúntate: ¿realmente contrastó la información de manera rigurosa? ¿O solo es un relato basado en lo que dice el evaluado?. Considera examinar (entre otras cosas) si el informe incluyó fuentes colaterales de información, si esas fuentes son apropiadas y si realmente permiten contrastar información que resulta clave para los objetivos de ese peritaje.

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